lunes, 20 de mayo de 2024

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Cómo establecer una práctica de meditación

Cómo establecer una práctica de meditación

Cómo establecer una práctica de meditación

“It is indeed a radical act of love just to sit down and be quiet for a time by yourself” – Jon Kabat-Zinn

No recuerdo cuántas veces en mi vida intenté meditar sin éxito antes de finalmente lograrlo, pero sé que fueron muchos intentos, a través de varios años. El cuento siempre era el mismo, y las excusas también:

  • "No puedo dejar de pensar"

  • "Mi mente no para"

  • "Estoy incómoda"

  • "Me duele la espalda"

  • "Tengo hambre"

Lo que nadie me dijo es que meditar usualmente se siente así, aunque lo hagas todos los días. Nuestra mente resiste. El ego resiste. Hay días que meditas fácil, nada te molesta y el tiempo pasa volando. Hay otros días en los cuales 5 minutos parecen una eternidad, no puedes dejar de pensar en todo lo que tienes que hacer y te mueres por un café. Hay días que necesitas música de fondo; otros días requieren silencio total. A veces lloras. Otras veces te pierdes en tus propios pensamientos. Y todo esto – absolutamente todo – está perfecto.

La meditación se ha convertido en un hábito indispensable para mi salud emocional, mental y física. Para mi, meditar es conectar conmigo misma, reestructurar patrones mentales y emocionales, sanar viejas heridas y dejar ir lo que no aporta a mi bienestar. Llevo meditando consistentemente, casi a diario, hace más de dos años. Estas son algunas de las cosas que he aprendido:

  1. La consistencia es clave - como dicen muchas de mis maestras de yoga: you have to show up. Aunque sean 10 minutos diarios, o 5 minutos caóticos. Establecí el hábito de la meditación en el 2022 luego de meditar por 45 días corridos. Mi meta era llegar a 68 días por que había escuchado por ahí que ese era el tiempo que tomaba crear un hábito nuevo. Aunque no llegué, la consistencia valió la pena y hoy, dos años después, sigo meditando.

  2. Encuentra a tu guía - cuando finalmente logré establecer una práctica consistente de meditación, fue gracias a un app que se llama Balance. No sé dónde estaría hoy ni quién sería si no hubiese encontrado este app. No es tan conocido como Headspace o Calm, pero con Balance empecé a meditar 10 minutos todas las mañanas y todas las noches. El app cuenta con dos maestros de meditación, Ofosu y Leah. Usé Balance consistentemente por más de un año y me gusta decir que fue gracias a Ofosu, con quién meditaba día y noche, que logré establecer este hábito. Cuando estás empezando, un buen guía puede hacer la diferencia entre meditar o no meditar.

  3. Calidad sobre cantidad - la calidad del tiempo que le dedicas a tu práctica de meditación sobrepasa por mucho la cantidad de tiempo que le dedicas. Siempre trato de meditar 10 minutos en la mañana, antes de comenzar mi día. Si soy honesta, el 60% del tiempo medito entre 5-10 minutos. Algunos dirán que eso no es suficiente, pero a mi me funciona bastante bien.

Este último punto me lleva a lo más importante que he aprendido sobre la meditación, que también es lo más importante que he aprendido sobre la práctica física de yoga: es mía. Estas prácticas son mías, para yo hacerlas a mi manera, de la manera que funcionan para mi, que me benefician a mi. Tal vez tengas que dedicarle 20 minutos al día a tu práctica para sentir los beneficios; tal vez sean 5. Tal vez sean 20 al principio y más adelante quieras meditar por una hora diaria. No lo sé, y tu tampoco lo sabrás hasta que empieces.

Meditar es conectar contigo. Es conectar con el Universo, con tu esencia, con tu verdad. Es encontrarte y re-descubrirte día tras día. Pero solo funciona si te sientas (ya sea en tu cama, en tu sofa, en un cojín, o donde prefieras) y lo haces.

“It is indeed a radical act of love just to sit down and be quiet for a time by yourself” – Jon Kabat-Zinn

No recuerdo cuántas veces en mi vida intenté meditar sin éxito antes de finalmente lograrlo, pero sé que fueron muchos intentos, a través de varios años. El cuento siempre era el mismo, y las excusas también:

  • "No puedo dejar de pensar"

  • "Mi mente no para"

  • "Estoy incómoda"

  • "Me duele la espalda"

  • "Tengo hambre"

Lo que nadie me dijo es que meditar usualmente se siente así, aunque lo hagas todos los días. Nuestra mente resiste. El ego resiste. Hay días que meditas fácil, nada te molesta y el tiempo pasa volando. Hay otros días en los cuales 5 minutos parecen una eternidad, no puedes dejar de pensar en todo lo que tienes que hacer y te mueres por un café. Hay días que necesitas música de fondo; otros días requieren silencio total. A veces lloras. Otras veces te pierdes en tus propios pensamientos. Y todo esto – absolutamente todo – está perfecto.

La meditación se ha convertido en un hábito indispensable para mi salud emocional, mental y física. Para mi, meditar es conectar conmigo misma, reestructurar patrones mentales y emocionales, sanar viejas heridas y dejar ir lo que no aporta a mi bienestar. Llevo meditando consistentemente, casi a diario, hace más de dos años. Estas son algunas de las cosas que he aprendido:

  1. La consistencia es clave - como dicen muchas de mis maestras de yoga: you have to show up. Aunque sean 10 minutos diarios, o 5 minutos caóticos. Establecí el hábito de la meditación en el 2022 luego de meditar por 45 días corridos. Mi meta era llegar a 68 días por que había escuchado por ahí que ese era el tiempo que tomaba crear un hábito nuevo. Aunque no llegué, la consistencia valió la pena y hoy, dos años después, sigo meditando.

  2. Encuentra a tu guía - cuando finalmente logré establecer una práctica consistente de meditación, fue gracias a un app que se llama Balance. No sé dónde estaría hoy ni quién sería si no hubiese encontrado este app. No es tan conocido como Headspace o Calm, pero con Balance empecé a meditar 10 minutos todas las mañanas y todas las noches. El app cuenta con dos maestros de meditación, Ofosu y Leah. Usé Balance consistentemente por más de un año y me gusta decir que fue gracias a Ofosu, con quién meditaba día y noche, que logré establecer este hábito. Cuando estás empezando, un buen guía puede hacer la diferencia entre meditar o no meditar.

  3. Calidad sobre cantidad - la calidad del tiempo que le dedicas a tu práctica de meditación sobrepasa por mucho la cantidad de tiempo que le dedicas. Siempre trato de meditar 10 minutos en la mañana, antes de comenzar mi día. Si soy honesta, el 60% del tiempo medito entre 5-10 minutos. Algunos dirán que eso no es suficiente, pero a mi me funciona bastante bien.

Este último punto me lleva a lo más importante que he aprendido sobre la meditación, que también es lo más importante que he aprendido sobre la práctica física de yoga: es mía. Estas prácticas son mías, para yo hacerlas a mi manera, de la manera que funcionan para mi, que me benefician a mi. Tal vez tengas que dedicarle 20 minutos al día a tu práctica para sentir los beneficios; tal vez sean 5. Tal vez sean 20 al principio y más adelante quieras meditar por una hora diaria. No lo sé, y tu tampoco lo sabrás hasta que empieces.

Meditar es conectar contigo. Es conectar con el Universo, con tu esencia, con tu verdad. Es encontrarte y re-descubrirte día tras día. Pero solo funciona si te sientas (ya sea en tu cama, en tu sofa, en un cojín, o donde prefieras) y lo haces.

“It is indeed a radical act of love just to sit down and be quiet for a time by yourself” – Jon Kabat-Zinn

No recuerdo cuántas veces en mi vida intenté meditar sin éxito antes de finalmente lograrlo, pero sé que fueron muchos intentos, a través de varios años. El cuento siempre era el mismo, y las excusas también:

  • "No puedo dejar de pensar"

  • "Mi mente no para"

  • "Estoy incómoda"

  • "Me duele la espalda"

  • "Tengo hambre"

Lo que nadie me dijo es que meditar usualmente se siente así, aunque lo hagas todos los días. Nuestra mente resiste. El ego resiste. Hay días que meditas fácil, nada te molesta y el tiempo pasa volando. Hay otros días en los cuales 5 minutos parecen una eternidad, no puedes dejar de pensar en todo lo que tienes que hacer y te mueres por un café. Hay días que necesitas música de fondo; otros días requieren silencio total. A veces lloras. Otras veces te pierdes en tus propios pensamientos. Y todo esto – absolutamente todo – está perfecto.

La meditación se ha convertido en un hábito indispensable para mi salud emocional, mental y física. Para mi, meditar es conectar conmigo misma, reestructurar patrones mentales y emocionales, sanar viejas heridas y dejar ir lo que no aporta a mi bienestar. Llevo meditando consistentemente, casi a diario, hace más de dos años. Estas son algunas de las cosas que he aprendido:

  1. La consistencia es clave - como dicen muchas de mis maestras de yoga: you have to show up. Aunque sean 10 minutos diarios, o 5 minutos caóticos. Establecí el hábito de la meditación en el 2022 luego de meditar por 45 días corridos. Mi meta era llegar a 68 días por que había escuchado por ahí que ese era el tiempo que tomaba crear un hábito nuevo. Aunque no llegué, la consistencia valió la pena y hoy, dos años después, sigo meditando.

  2. Encuentra a tu guía - cuando finalmente logré establecer una práctica consistente de meditación, fue gracias a un app que se llama Balance. No sé dónde estaría hoy ni quién sería si no hubiese encontrado este app. No es tan conocido como Headspace o Calm, pero con Balance empecé a meditar 10 minutos todas las mañanas y todas las noches. El app cuenta con dos maestros de meditación, Ofosu y Leah. Usé Balance consistentemente por más de un año y me gusta decir que fue gracias a Ofosu, con quién meditaba día y noche, que logré establecer este hábito. Cuando estás empezando, un buen guía puede hacer la diferencia entre meditar o no meditar.

  3. Calidad sobre cantidad - la calidad del tiempo que le dedicas a tu práctica de meditación sobrepasa por mucho la cantidad de tiempo que le dedicas. Siempre trato de meditar 10 minutos en la mañana, antes de comenzar mi día. Si soy honesta, el 60% del tiempo medito entre 5-10 minutos. Algunos dirán que eso no es suficiente, pero a mi me funciona bastante bien.

Este último punto me lleva a lo más importante que he aprendido sobre la meditación, que también es lo más importante que he aprendido sobre la práctica física de yoga: es mía. Estas prácticas son mías, para yo hacerlas a mi manera, de la manera que funcionan para mi, que me benefician a mi. Tal vez tengas que dedicarle 20 minutos al día a tu práctica para sentir los beneficios; tal vez sean 5. Tal vez sean 20 al principio y más adelante quieras meditar por una hora diaria. No lo sé, y tu tampoco lo sabrás hasta que empieces.

Meditar es conectar contigo. Es conectar con el Universo, con tu esencia, con tu verdad. Es encontrarte y re-descubrirte día tras día. Pero solo funciona si te sientas (ya sea en tu cama, en tu sofa, en un cojín, o donde prefieras) y lo haces.